Estamos aislados como pocos países en el mundo. Argentina abandonó foros regionales, no mostró interés en las relaciones bilaterales ni tampoco tiene una estrategia ni a corto ni a largo plazo para insertarse en el mundo.
No parece estar en la agenda de los medios y la sociedad lo irrelevante que es Argentina hoy en el concierto internacional. Después del default Argentina fue olvidada y ni 5 años de crecimiento extraordinario han llamado la atención de inversores que han puesto a nuestro país 5 o 6 escalones debajo de lo que supo estar durante el siglo XX.
Duhalde no supo y los Kirchner no han querido darle importancia a las relaciones con los países vecinos ni con la comunidad internacional. ¿Ignorancia? Si, por supuesto. La soberbia de quien manda como patrón de estancia impide ver que en el siglo XXI, hay que tener inteligenicia, buenos modales y por sobre todas las cosas, cumplir con la palabra empeñada.
A continuación hay un breve análisis que hice para la Maestría en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella que señala algunos de los desastres en materia de política exterior a los que la dirigencia política nos ha llevado. No hay duda: La no política exterior es la más perjudicial de las políticas.
La puerta giratoria
Cuando los países en desarrollo entran en crisis tienen menos herramientas que los países desarrollados para salir de ella. Además los países desarrollados tienen una política exterior que se ha asegurado de conseguir ayuda internacional inmediata para evitar profundizar la crisis. Llámese organismos financieros internacionales, Plan Marshall, etc.
Para los países en desarrollo, en general por tener vecinos que también están en desarrollo o vecinos que se ocupan poco del vecindario suelen tener salvatajes, blindajes o ayudas humanitarias. En general además de provocar endeudamiento sin el aval del Congreso, y con solo la aprobación de los gobiernos de turno dejan a los países atados a una dolorosa condena que nadie querrá pagar y a una dependencia en cuanto a las decisiones de política económica y exterior.
Pero lo cierto es que tanto en unos como en otros países la puerta de salida en algún momento aparece. El problema es que la puerta de salida de cualquier crisis es giratoria y por eso hay que estar muy atentos cuando llega el momento de dar el paso para salir porque se corre el riesgo de volver a ingresar sin quererlo.
Esto es lo que le pasa a Argentina. Una vez que parece que va a salir y alejarse de la crisis vuelve a entrar, y entonces trata con mucho esfuerzo de salir nuevamente, y cuando parece que lo va a lograr... vuelve a entrar y a perder otra oportunidad. Las razones son muchas pero seguramente más que un problema de corrupción es un problema de impunidad.
-El 2007 fue un año electoral, no hubo tiempo para atender a otros presidentes. Apenas si se consiguieron encuentros con líderes europeos de buena imagen que pusieran a Cristina como presidenciable. Hubo encuentros con Zapatero, Merkel y Zarkozi.
Otros ejemplos:
-Pasar de una política de endeudamiento y otra de desendeudamiento.
Del pedido de salvataje financiero a través de un blindaje a el maltrato a los organismos financieros internacionales.
Cuando en el 2005 se debatía en la Argentina la conveniencia de pagar o no al FMI, el ex ministro de economía Domingo Cavallo utilizó en una entrevista radial el siguiente argumento: “ A mí el FMI me prestaba plata y a tasas muy bajas y convenientes para el país, en cambio, a este gobierno le cobra. ¿Qué es mejor?, ¿qué te presten o que pagues?”. Mientras este era el discurso de unos, había en el gobierno de Kirchner una campaña para explicar las políticas de desenduedamiento, “cómo el país se liberaría de la dependencia del FMI y de los organismos que nos llevaron a la crisis”. El pago en enero del 2006 al FMI de 10 mil millones de dólares fue catalogado de “histórico” por el gobierno de Kirchner. A esto se llama dar un giro de 360 grados. Teniendo en cuenta que los analistas preveían otro comportamiento de Kirchner que coquetea con Fidel, Chavez y la izquierda retrógrada. Era más esperable que no le pagara a los organismos financieros que cancelara la deuda. No hay previsibilidad. Los analistas, los inversores no saben qué esperar de la Argentina.
-el paso de las relaciones especiales a la frialdad con EEUU. Mientras Menem tenía en claro su alineamiento estratégico con los EEUU, la llegada de Duhalde y la búsqueda de oposición a las políticas anteriores llevaron a Kirchner a mantener una frialdad importante con Washington.
-La pelea con el canciller chileno Ignacio Walter, por un texto escrito en el 2004 criticando al peronismo. Muestra que el autoritarismo del gobierno no es solo con las instituciones argentinas y con el periodismo sino que incluso pretende evitar la opinión y la crítica de ciudadanos, en este caso también funcionarios extranjeros.
-El voto a favor o en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU marca de manera escandalosa que Argentina ha tenido un camino errático en su política exterior de los últimos 30 años. ¿Puede un país cambiar su opinión sobre la situación de un país sin que cambie la misma?. En caso de suponer que sí, no es viable volverla a cambiar. Sobretodo cuando las razones de los cambios tienen que ver con conformar a una parte del electorado. En definitiva a los caudillos argentinos no les importa Cuba, les interesa no enfrentarse con una parte del electorado. Está claro, entonces, cuál es el compromiso con los derechos humanos pueden tener quienes no utilizan los encuentros internacionales para defender la democracia y las libertades de los individuos. A veces escudados en la no intromisión en los asuntos internos de otros países, a veces directamente en sintonía con los métodos autoritarios de Fidel Castro. Lo digo por el caso del gobernador de la importante provincia de Santa Fé, Jorge Obeid, quien le pareció justo el impedimento del ingreso del historiador García Hamilton por ser considerado opositor). Es cierto, que también podría criticarse los métodos migratorios de los EEUU).
Estas políticas zigzagueantes generan, como nos ha mostrado la realidad: desconfianza, falta de credibilidad que se traduce en menos inversiones, menos empleo, menos desarrollo y más pobreza.
Como consecuencia de estas y otras acciones, ningún importante funcionario de otro país visita la Argentina. Esto que no es otra cosa que la oportunidad de mostrar que la Argentina no está aislada y que le interesa cooperar con los países desarrollados. Durante el gobierno de Kirchner no han venido a nuestro país ningún presidente de un país desarrollado. Uno de los pocos líderes mundiales que vino a la región en los últimos años fue el ex presidente francés Chirac, quien hizo una excepción con la Argentina y siguió viaje hacia Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia. Lo mismo ocurrió con Condeleeza Rice. Cuando vino Bush, lo hizo por la Cumbre de las Américas pero no por visitar la Argentina. Ni siquiera los pocos países “amigos” de los Kirchner se han tomado la molestia de venir. Rodríguez Zapatero vino a la región después de asumir pero no vino a la Argentina. ¿Qué se puede esperar de los demás países desarrollados? Lo mismo, un absoluto desinterés por encontrarse con el matrimonio presidencial.
Además el presidente argentino ha mostrado un total desinterés en las cumbres o reuniones regionales. No solo no fue al lanzamiento de la Unión Sudamericana sino además ha faltado o se ha ido antes de los principales encuentros multilaterales. El resultado es que la Argentina piensa no en un mundo interdependiente sino en un país encerrado en sus conflictos.
Estas acciones repercuten negativamente en la calidad de vida de los argentinos.
La calificadora de riesgo internacional Coface califica a los países con riesgo de impago en las operaciones de comercio exterior. Entre siete niveles, Argentina participa del anteúltimo grupo con la letra C. Es decir un nivel alto de riesgo de impago. Chile está en el primer grupo con la letra A. Mientras Argentina comparte el grupo con Angola o mira desde abajo a Camerún, Chile comparte grupo con Finlandia, Alemania y EEUU. Durante la crisis, Argentina compartió el peor lugar con Afganistán, un país en guerra.
Durante el 2008 las calificadoras de riesgo han bajado la calificación de Argentina y el Banco de España nos ha puesto en país de alto riesgo para las inversiones, junto con Irán y Bolivia.
Es decir, las inversiones van a buscar rentabilidad pero también seguridad. Argentina creciendo al 9 % durante tres años seguidos, genera la mucha menos confianza y seguridad que un país como Chile creciendo al 4 o 6 %.
Esto explica porqué después de crecer más de 48 meses ininterrumpidos las inversiones tardan en llegar. Muchos tentados por los números actuales dudan que Argentina sea un país en serio como dice el slogan presidencial. Es decir a pesar de los números favorables no confíaan en Argentina.
La era del conocimiento o la era de la boludez
En el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación el 1de Marzo 2006 el presidente argentino dijo que “nuestro modelo de crecimiento con equidad e inclusión está arraigado sobre todo en el incremento de la demanda interna.”
Mientras el mundo desarrollado pelea por la competencia del conocimiento en Argentina se sigue discutiendo si tenemos que ser un país agrícola ganadero o industrial.
Mientras países como Estados Unidos son potencias agrícola ganadera e industriales que pelean por mejorar su desarrollo científico tecnológico ya sea para tener empresas líderes en semillas transgénicas, para desarrollar automóviles o software.
Mientras China estudia inglés y quiere convertirse en el país con más habitantes anglófonos o Chile impulsa la obligatoriedad del inglés como segundo idioma desde la escuela primaria Argentina prepara planes para que los chicos no dejen la escuela en el 2 año del polimodal o enfrenta la situación de tener escuela comedores porque los chicos llegan desnutridos a las aulas.
Mientras Chile, Uruguay y especialmente Brasil (primer exportador mundial de carnes) deciden impulsar sus exportaciones, por estas horas Argentina es noticia en el mundo porque decidió suspender por 180 días las exportaciones de carnes para evitar los aumentos en el mercado interno. Hasta el ministro de agricultura uruguayo, Tupamaru, aseguró que era prioridad para Uruguay el aumento de sus exportaciones aunque disminuyera el consumo interno de carne por los altos precios.
Mientras Brasil revalúa el real y argentina devalúa el peso para mejorar las exportaciones deciden por la coyuntura no dar señales de previsibilidad a un sector importante de la economía.
Finalmente mientras algunos salen de la crisis por la puerta grande, Argentina sigue en la puerta giratoria.
CASO CHILENO
El caso chileno es completamente distinto. Si bien en parte las crisis internas tuvieron características similares, las acciones fueron distintas.
La llegada de la democracia llegó más tarde que a la Argentina. Y además llegó con más condiciones. Como el hecho de que Pinochet haya estado al mando de las Fuerzas Armadas y que existieran senadores vitalicios no elegidos por las urnas sino nombrados por el propio Pinochet (él fue uno de ellos). La falta de búsqueda de verdad y justicia por lo ocurrido durante la dictadura. Convivieron en el Parlamento chileno torturados y torturadores llevando a la sociedad chilena a una fractura importante, a una división entre cómo actuar ante esto, entre quienes proponían dureza y quienes eran más flexibles con los responsables de la dictadura militar aduciendo que habían alejado al comunismo y mejorado la economía chilena.
A pesar de los cambios internos Chile mantuvo su política exterior de apertura de la economía que comenzó en los años setenta. Incluso, la llegada de la democracia profundizó ese modelo aperturista firmando acuerdos y tratados comerciales, y volviendo a la costumbre chilena de tener una permanente participación en los foros internacionales.
Chile: Regionalismo abierto
Un pequeño país en el fin del mundo. Un país puerto.
Con 15 millones de habitantes Chile exporta por la misma cantidad de dinero que Argentina con 38 millones de habitantes: 40 mil millones de dólares.
Chile tiene acuerdos de libre comercio con los bloques más grandes del mundo: Asia, UE, EEUU. Tiene Acuerdos de Complementación Económica (ACES) con todos los países latinoamericanos y firmó tratados de libre comercio con más de 45 países.
¡Qué bonita vecindad!
¿Chile, de espaldas a la región?El candidato a presidente de la centroderecha chilena expresó el pensamiento de una parte de la dirigencia y el empresariado chileno: “Somos una buena casa en un mal barrio”. En un texto titulado “Adiós a América Latina.”
El nuevo gobierno de Bachelet nombró a cargo del Ministerio de la Minería a Karen Poniachik, independiente, periodista, ex directiva de The Americas Society, cuyo jefe de honor es David Rockefeller, y de la Cámara Chileno-Americana de Comercio. La minería, como la energía, es central para Chile y para el vínculo con Argentina (hay un tratado bilateral) y la región. Según el diario Clarín
[1], fuentes privadas anotaron una charla donde Poniachik habló del "mal barrio" y las "malas economías" que rodean a Chile.
El Canciller del nuevo gobierno es el democristiano Alejandro Foxley, ex ministro de Hacienda que, como casi todos los políticos chilenos, elogia el ALCA y su idea de "libre comercio". Los países vecinos ansiaban un canciller más "latinoamericanista". En Hacienda, Bachelet nombró a Andrés Velasco, independiente. Educado en Harvard, joven y sin experiencia de gobierno, lidera el centro neoliberal Expansiva.
“No queremos una Unión aduanera que nos haga aumentar los aranceles”, contestan cuando se les pregunta por qué no ingresan al MERCOSUR.
La versión oficial actual del gobierno chileno es que tienen mucho interés en construir América Latina. Habrá que verlo...
La importante relación con Argentina
Chile se plantea tener una relación complementaria con Argentina. Por eso se trabaja en la construcción de corredores bioceánicos que les de el manejo de los dos océanos a los dos países.
Tienen 13 pasos fronterizos, cada paso es un puerto. De aquí a 15 años llegarán a 25 puertos.
Chile tiene hoy un 18% de pobreza y un 4 % de indigencia. Argentina tiene un 34% de pobreza y un 12% de indigencia. ¡Argentina tiene el doble de pobres y el triple de indigentes que otro país de la región!. Es decir, la comparación no es con Finlandia, es con Chile.
Estos datos, además, son de la recuperación de la Argentina en los últimos tres años. Si lo comparamos con el peor momento de la crisis es mucho peor. Veamos:
De un pico de pobreza del 57,5 por ciento y de indigencia del 27,5 por ciento de la población se pasó a una tasa de pobreza del 34 por ciento y a una indigencia del 12,5 por ciento respectivamente. Lo que significa que alrededor de 6 millones de personas lograron dejar la pobreza y 4 millones y medio de argentinos abandonaron su condición de indigentes.
Para Argentina la relación con Chile es importante en materia económica a través del turismo, del comercio: La balanza comercial es favorable a Argentina 10 a 1. Es el segundo país que más le compra a Argentina. El 50% de las inversiones chilenas está en Argentina, en 15 provincias.
El problema de Chile como del resto de Latinoamérica es que la distribución del ingreso es una materia pendiente. Hoy tiene la misma distribución del ingreso que con la dictadura pinochetista. El tema de agenda en Chile hoy es resolver eso.
Otro de los problemas importantes de Chile es la dependencia energética:
El presidente de la Comisión de energía(CNE) de ese país, Luis Sánchez Castellón dijo “tenemos que acostumbrarnos a que los costos de energía son más elevados, las restricciones de gas de la Argentina durarán al menos 3 años.” Chile concretó un acuerdo con British Gas para traer gas natural licuado vía marítima, pero la insfraestructura necesaria para transportarlo no estará lista antes del 2008.
Otros problemas de Política exterior son las relaciones diplomáticas con Perú y con Bolivia.
En definitiva en Chile se discuten las políticas domésticas pero no la política exterior y la forma de insertarse en el mundo.
Chile ha asumido a diferencia de Argentina las posibilidades del desarrollo minero.
El secreto de Chile: mantener el rumboA nivel político Argentina siempre se encontró con presidentes que venían a refundar el país. Lo dijo Alfonsín después de la dictadura, lo dijo Menem para vencer a la inflación, hasta Duahlde habló de que la Argentina estaba condenada al éxito y el propio Kirchner también habló de una nueva Argentina.
Cada gobierno argentino culpa a su antecesor de todos los males y cambia de rumbo.
En Chile hubo más pragmatismo y los presidentes, incluso después de Pinochet decidieron construir sobre la base de lo que habían heredado. Tanto el democristiano Patricio Aylwin, el primer presidente democrático de Chile tras los diecisiete años de dictadura de Pinochet, como su correligionario Eduardo Frei y el socialista Ricardo Lagos, que lo sucedieron, evitaron la tentación de destruir lo que habían hecho sus adversarios políticos. Esto le permitió a Chile lograr un clima de previsibilidad que fue mejorando paulatinamente la economía, haciéndola cada vez más abierta al mundo. Ahora, dice la presidente electa Michelle Bachelet viene una etapa de mejorar la distribución del ingreso.
El 6 de Junio de 2003 Chile firmó su acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Mientras Argentina trataba de salir de una de las peores crisis de su historia.
Según la entonces canciller chilena Soledad Alvear el secreto del éxito chileno estaba entre otras cosas en la decisión de la sociedad de elegir un rumbo y mantenerlo. “No se pueden reinventar, en cada gobierno, los objetivos estratégicos claves para el país. “Hay un consenso respecto de la necesidad de tener políticas económicas serias, responsabilidad fiscal, y no se ponen en duda las bondades de una política de apertura económica”, señaló. (pág 23. oppenheimer)
En el primer año del tratado de libre comercio de Chile con los Estados Unidos, en 2004, las exportaciones de Chile a los Estados Unidos habían crecido 32 por ciento, las de los Estados Unidos a Chile 35 por ciento, y la balanza comercial permaneció sumamente favorable a Chile.
Esto no implica que los acuerdos de libre comercio alcancen para salir de la pobreza. Fueron un excelente negocio para algunos sectores y destruyeron otros.
¿Es posible dejar atrás rivalidades por un proyecto supranacional?Durante gran parte de la historia del siglo XX no se llegó a estrechar los lazos con Chile y Brasil por la rivalidad. El temas de las represas con Brasil, los problemas limítrofes con Chile y en el fondo una pelea por el liderazgo.
Como se sabe con Chile se arreglaron los diferendos limítrofes y con Brasil se formó el MERCOSUR. Con esto se terminó la rivalidad, aunque sobreviven algunas diferencias que causan cierta incertidumbre sobre el futuro del bloque, como los intentos de Paraguay y Uruguay de salirse del MERCOSUR o la llegada de Venezuela al bloque de la mano de Kirchner.. (ver lo que dicen los realistas)
Hoy los problemas son otros pero mantienen ciertos parecidos. El tema de la construcción de plantas de celulosa con Uruguay, la escasez de gas generó conflictos con Chile y el tema de las inversiones y los acuerdos comerciales con Brasil y sus industriales.
Como ocurrió con la UE los acuerdos supranacionales ayudan a los países a autodisciplinarse. Chile es uno de los pocos o tal vez el único hasta ahora de los países latinoamericanos que no lo necesitaría ya que logró por sí solo los consensos internos necesarios para tener una política económica a largo plazo. En los demás países, ocurre lo de Argentina, falta consenso para políticas que alienten inversiones a largo plazo. Un acuerdo supranacional significa un pacto de previsibilidad. Hoy el MERCOSUR no lo tiene.
La UE formó algo de lo que todos quisieron participar, no es el caso ni de EEUU ni de Brasil. Ninguno de los dos fueron capaces de liderar la región. Además, cabe hacerse la siguiente pregunta ¿están dispuestos los países latinoamericanos a ceder soberanía?.
Probablemente, como consecuencia de las dificultades que han existido, en forma cíclica y que no vamos a recordar ahora, el concepto de buena vecindad entre los dos países, ha impedido antes proyectar una relación positiva de largo plazo.
¿Cómo se explica que una ex dictadura de derecha le sigan gobiernos socialistas y no cambien la política económica?. El diario argentino Ambito financiero le dice a la coalición de Lagos y Bachelet “la izquierda argentina”.
La respuesta está en que lo que trae el desarrollo económico y disminuye la pobreza son las inversiones productivas, y eso se consigue con previsibilidad y confianza.
[1] Diario Clarín, viernes 10 de Marzo de 2006. “Chile se prepara para un cambio cultural”.