viernes, 19 de febrero de 2010
HUNDIDO, por Franco Mercuriali
Dos inundaciones en una semana “liquida” cualquier aspiración política a una candidatura presidencial. Sería oportuno ahogar esas intenciones y pedirle a Macri y a sus “equipos técnicos” que piensen cómo solucionar los problemas de miles de vecinos cada vez que llueve. El gabinete sigue insistiendo que son lluvias excepcionales, lo mismo decía Ibarra. Es cierto, estamos cerca de un febrero récord en lluvias, pero no alcanza para justificar la lentitud de las obras, la poca previsión y la nula organización al momento de la lluvia. Además, se inundan la mayoría de los barrios de la ciudad y no hay obras previstas en muchos de ellos. Se inunda en Lugano, San Telmo, Constitución, Almagro, Nuñez, Palermo, Belgrano…y la lista sigue.
La inversión en obras no alcanza, o está mal distribuida. ¿Qué puede pensar hoy un vecino de Flores o Lugano sobre las ciclovías que construyen desde Palermo a Retiro?
Ya que no puede evitar que llueva, debe tener un mejor trato hacia los damnificados por las inundaciones, ordenar el tránsito en toda la ciudad, no sólo donde están las cámaras de televisión, pedirle a la gente que espere salir a la calle hasta que pase la tormenta, disponer de personal suficiente para ayudar a comerciantes y vecinos a los que se les inunde la casa para no dejar a la gente sola ante las correntadas. Y después del desastre inevitable, contener las demandas sin exigir estupideces a la hora de otorgar los subsidios.
Mientras ocupe su tiempo en temas que no son urgentes, se dedique a criticar a Cobos por ejemplo, o mantengan la soberbia de decir que son los únicos que están haciendo algo, el futuro político de Macri también quedará bajo el agua.