jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Sí, se puede?


Por Franco Mercuriali, desde San Diego, California

Dicen en Washington que el primer mandato siempre es para garantizarse el segundo, y el segundo para entrar en la historia. Después de estas elecciones, Obama tiene dos años para modificar políticas y asegurase la reelección. Será difícil hacerlo con la Cámara de Representantes en contra y un Senado con una mínima mayoría. Los estadounidenses que creyeron en el mensaje del “Yes we can” se sienten defraudados por un presidente que se ha quedado a mitad de camino. Ha perdido gran popularidad y liderazgo que tendrá que recuperar.

El motor del descontento está en una brutal crisis económica que ha destruido el mercado laboral y hundido empresas. Nadie parece recordar el origen de la crisis y quiénes son los culpables.

Pero no sólo Obama deberá cambiar, también los republicanos han escuchado en las urnas un mensaje de cansancio por parte de los estadounidenses de la clase política, de Washington y su burocracia. El 40% de los estadounidenses dijeron antes de las elecciones que eran simpatizantes del grupo ultraconservador Tea Party. En estas elecciones han ingresado más de 30 candidatos del ala republicana más dura que propone “recuperar el país”. No quieren inmigrantes, no quieren impuestos ni reformas de salud que incluyan a los que menos tienen y hasta algunos no quieren ninguna interferencia del Estado en la actividad de las personas.

Rand Paul, uno de los ganadores del Tea Party en estas elecciones cuestionó en un programa televisivo de gran audiencia la ley que en Estados Unidos acabó con la segregación en 1964. “¿Es Rand Paul racista?”, se preguntan aquí los analistas.

Marco Rubio, de 39 años, ganó en Florida y será el segundo senador más joven del Capitolio, y uno de los dos hispanos en ocupar una banca. Apasionadamente antiabortista, defensor del concepto de tradición y familia, propone una reducción del gasto público y un rearme de la nación, reúne todas las condiciones para convertirse en el líder y precandidato a presidente del Tea Party.

Las dudas de los analistas pueden resumirse en tres escenarios: si habrá en Washington estancamiento, producto del intento de trabar la gestión de Obama y evitar que gane en el 2012; si habrá cooperación, si los republicanos deciden aceptar el llamado de Obama a dialogar; o si ganará la imprevisibilidad, si el Tea Party sigue haciéndose fuerte en el hartazgo del estadounidense sobre la política.

Muchos creen en Estados Unidos que la política ya no es un partido de tenis entre caballeros, si es que alguna vez lo fue, sino un partido de fútbol americano.

Bill Clinton también perdió las elecciones de mitad de mandato y se recuperó en los últimos dos años consiguiendo la reelección. Obama, si cambia, puede lograrla en el 2012.